ROBERT COMPARTE SU HISTORIA
“Mi mente está más clara ahora, las cosas vienen a mí y estoy más alerta”.
Roberto, 53
Propietario del servicio de remolque
Robert es uno de esos tipos que esperas no necesitar nunca, pero cuando necesitas el tipo de ayuda que te brinda, seguro que esperas que atienda tu llamada. Lo que Robert hace es operar su propio negocio de grúas en Grandview, Missouri, una ciudad metropolitana de Kansas City, y durante los últimos 25 años ha sacado muchos autos de la zanja.
En realidad, ha hecho mucho más que simplemente sacar autos de una zanja, ha cargado una batería agotada o tal vez trajo algo de gasolina para un tanque que se quedó vacío en alguna pobre alma. Y lo ha hecho en la oscuridad de la noche, lo ha hecho en medio de una tormenta de nieve, y muchas veces ha tenido que apartarse de su mesa para cenar e ir a ayudar a alguien.
“Soy el propietario y el operador de una empresa de remolques”, dice Robert. “Hago el envío, las llamadas de servicio, hago todo, soy el único propietario, el único conductor. Ya sabes, la única persona que lo hace todo. Corro las 24 horas del día, así que estoy constantemente en movimiento, arrancando autos, llevándoles combustible, sacándolos de las zanjas. Sí, hago todo eso”.
Cuando no responde a la llamada, Robert está pendiente de su madre de 79 años, y cuando no está haciendo eso, le gusta ir a jugar al billar o tal vez jugar a los bolos. O bien, le encanta ver las carreras de NASCAR, lo que probablemente sea comprensible dado que, por lo general, ve autos que van muy rápido sin meterse en la zanja.
“Soy un verdadero estadounidense”, dice Robert, “solo un tipo estadounidense a la antigua. Creo en Dios y tengo fe en la verdad de Dios. Nací y me crié como católico, eso ha sido parte de mi crecimiento. Fui monaguillo y siempre traté de vivir una vida buena, limpia y saludable”.
Ha sido una vida plena y gratificante para este soltero, cuidando a su anciana madre, trabajando duro las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año, contestando las llamadas a todas horas del día o de la noche en todo tipo de clima, haciendo el trabajo, manteniendo el libros, vigilando su negocio, nadie para hacerlo excepto él mismo.
Una de las cosas con las que ha luchado a lo largo de los años es tratar de recordar todo y a todos los que tiene que cuidar. “Una vez vi un comercial de Prevagen y comencé a usarlo y me impresionó que funcionara”.
Y agrega: “Mi mente está más clara ahora, las cosas vienen a mí y estoy más alerta. Sí, es increíble cómo todo se simplifica para mí ahora”.
Para un tipo que va en su camioneta a sacar a alguien de una zanja, solo y sin nadie a quien preguntar, poder responder sus propias preguntas es una verdadera ventaja.